LOS DESECHOS INDUSTRIALES Y LOS DESAGUES CLOACALES SON LAS PRINCIPALES CAUSAS

El arroyo Saladillo está contaminado pero no enfermo

Un siglo atrás sus aguas eran consideradas curativas, hoy el mal olor es su gran característica. Sin embargo el coordinador de Medio Ambiente de la Municipalidad de Villa Gobernador Gálvez, Raúl Cerliani manifestó que es un curso de agua sano

La situación provoca tristeza. Allá por el mil novecientos el arroyo Saladillo solía ser un hermoso espacio de recreación y una cita obligada para las familias que concurrían sobre todo, durante los fines de semana de aquellos calurosos veranos. Sus aguas consideradas curativas atraían a personas de otros lugares interesadas en sanar enfermedades como el reuma y manchas en la piel. Aprovechando esta creencia popular, es sus orillas se levantaron clubes como el Municipal de Villa Gobernador Gálvez, el Naturista y Guillermo Tell que realzaban el pintoresco paisaje.

Pero actualmente nada queda de ese panorama. Al desgaste natural del tiempo se agregó la contaminación proveniente de los mataderos y basurales, lo que provocó que los balnearios fueran desapareciendo. Así las virtudes salutíferas (yodo y minerales) del arroyo, que fueron durante décadas argumento promocional, quedaron reemplazadas por el mal estado del agua en serio peligro de infección. Sólo basta con navegar por el Saladillo, con las posibilidades mínimas que otorga, para notar el deterioro que presenta.

La cuenca del arroyo abarca unos tres mil doscientos kilómetros cuadrados y el cauce tiene una extensión de 160 kilómetros. Atraviesa veinte poblaciones en el sur de Santa Fe y es el límite natural entre Villa Gobernador Gálvez y Rosario. Siendo parte del cinturón verde del Gran Rosario, se vuelcan dentro de sus aguas, contaminantes orgánicos de criaderos de cerdo y frigoríficos, además de plaguicidas y residuos cloacales que convierten al lugar en un foco nauseabundo. Sin embargo el coordinador de Medio Ambiente de la Municipalidad de Villa Gdor Gálvez, Raúl Cerliani se mostró esperanzado con respecto al estado del arroyo: “No está enfermo, es un curso de agua amenazado que debemos cuidar”, dijo. Y remarcó: “Los controles que realizamos demuestran que el Saladillo está sano y todavía podemos conservarlo”. Asimismo el representante de la asociación civil Scout Argentina, Claudio Cardinale manifestó: “Lamentablemente usamos este curso de agua para arrojar los residuos líquidos”.

La Municipalidad de esa ciudad  extrae cada dos meses muestras de agua del arroyo (en la desembocadura, frente a la cascada, a la altura del puente Molino Blanco y sobre los desagües de calle Ovidio Lagos) y según destacó Cerliani “los resultados son auspiciosos”. Aunque señaló que la contaminación del Saladillo es básicamente orgánica y proviene de los frigoríficos y conexiones cloacales ilegales.

“En la ciudad hay dos industrias de la carne que están por encima de los limites permitidos de material orgánico”, manifestó el coordinador. Con respecto al matadero Sugarosa, explicó que tiene una planta de tratamiento para los desechos y que los controles en el lugar son constantes. En consecuencia, Carnidale destacó esto como un avance para la recuperación del arroyo.

Los estudios municipales demostraron que el punto fuerte de contaminación se encuentra en el afluente Candelaria, ubicado en Ovidio Lagos, del cual se está haciendo cargo la intendencia de Rosario supervisando las empresas. Cerliani explicó que en el lugar hay un caño profundo de donde salen los desechos cloacales e industriales.
Además aseguró que es difícil identificar el origen de las conexiones porque muchas son ilegales y no se sabe a qué fábrica pertenecen.

Otro sector de importancia es la desembocadura del arroyo, donde se amontonan los residuos que vuelcan los camiones atmosféricos. Aunque el funcionario subrayó que “el índice de contaminación en el Saladillo no es alto”. Y agregó: “Es un prejuicio que tenemos todos hace años sobre el mal estado del arroyo”. En consecuencia manifestó: “Debemos cuidarlo para que no se enferme y eso implica trabajar para conseguir que bajen los niveles de contaminantes en los puntos más problemáticos”.

Metales pesados. Scout Argentina lleva adelante el proyecto “gota a gota el agua se agota” con el objetivo de identificar los contaminantes del arroyo Saladillo y Ludueña, el grado de toxicidad y cómo influyen en la sociedad. La asociación realizó en 2003 y 2005 análisis del agua a través de la facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de Rosario para detectar material inorgánico. “Los resultados arrojaron que los valores de la concentración de plomo, cobre y mercurio aumentaban a medida que se acercaban a la desembocadura”, declaró Cardinale. Y resaltó que los “porcentajes son peligrosamente mayores a los permitidos”.
En tanto, desde la Municipalidad, Cerliani manifestó que si bien en una de las muestras extraídas se había detectado la presencia de metales pesados a la altura del puente Molino Blanco, los resultados no se volvieron a repetir. “Creemos que vino de un volcado ilegal de alguna empresa no identificada”, declaró el funcionario.

Consecuencias. Los más peligrosos son el mercurio que produce daños en el sistema neurológico, el cadmio que perjudica los riñones y el plomo cuyo efecto clínico más preocupante es el daño que produce en el desarrollo mental de los niños. Su toxicidad se agrava debido a su carácter persistente y bioacumulativo: no se degradan y los seres vivos no cuentan con mecanismos para eliminarlos.

  RESULTADOS DE LAS MUESTRAS DE AGUA PEDIDOS POR SCOUT ARGENTINA

		2003	2003	2005	2005
METAL	Valores Guías	Ovidio Lagos	Frente al Swiff	Ovidio Lagos	Frente al Swiff
PLOMO	1	12.4	28.3	1.5	9.7
COBRE	2	13	3	15	11
CADMIO	0.2	0.33	0.14	-0.2	-0.2
MERCURIO	0.1	0.42	0.55

El problema de la escherichia coli. La  escuela Ingeniero Enrique Gomara de Villa Gdor. Gálvez realiza desde 2003 la detección de material orgánico en las aguas del arroyo en el laboratorio del colegio. Las conclusiones que arrojó la investigación de ese año fueron: los desechos del frigorífico Sugarosa influyen fuertemente en la calidad del agua, existen numerosos efluentes cloacales que contribuyen a que los niveles de oxígeno se mantengan bajos. Dada la presencia de materia fecal, el agua no es apta para realizar actividades recreativas. “Hacemos estos análisis todos los años y siempre nos da positivo”, declaró la profesora Silvina Morandi. Y agregó: “En 2009 detectamos alrededor de setenta colonias de escherichia coli, cuando los permitido son cincuenta por mililitro”.

La bacteria se encuentra en el picadillo mal cocido y puede encontrarse también en verduras de hoja. Habita en la mayoría de las haciendas ganaderas y puede vivir en los intestinos de animales saludables como vacas, cabras y ovejas. La carne se contamina durante el proceso de sacrificio y lo más problemático es que no tiene olor ni aspecto diferente a la sana. Solo hace falta un número mínimo de agentes para provocar una infección. Otras fuentes de contagio pueden ser el salame, la leche no pasteurizada o la natación en aguas contaminadas con desagües cloacales y su consumo.

Síntomas. Generalmente luego de la exposición a la bacteria, la persona enferma al cabo de dos a ocho días. La señal más evidente son las diarreas sanguinolentas acompañadas de cólicos abdominales. En algunos casos puede presentar insuficiencia renal en niños y ancianos.

“Perdimos el arroyo como lugar de recreación”

Así lo manifestó el ambientalista Claudio Cardinale. “Usamos estos cursos de agua para vivir, y si los matamos nuestra sociedad también va a morir”, agregó. “Hasta ahora las autoridades no habían hecho nada porque no lo consideraban un problema”, se quejó. Sin embargo Cardinale se mostró convencido de que la recuperación del arroyo es posible. La organización Scout realizó en 2008 en el Concejo rosarino una audiencia pública a la que asistieron autoridades locales y provinciales. “El debate sirvió porque por fin el Estado dejó de mirar para otro lado y entendió que la contaminación del Saladillo existe”, manifestó Cardinale. El plan estratégico provincial incluye entre los proyectos regionales, acueductos y saneamiento de los arroyos Saladillo, Ludueña, Pavón y canales secundarios. “Esto es importante porque queda establecido como política estatal”, dijo el ambientalista.

En consecuencia, también destacó la investigación que la provincia realizó en el curso de agua. “El estudio señaló que el principal problema son los desagües cloacales clandestinos y no tanto los agroquímicos”, manifestó. Y agregó: “Detectaron cuales son los pluviales más graves y empezaron a trabajar para terminar con el problema de origen”, concluyó Cardinale.

El proyecto “gota a gota el agua se agota” que lleva adelante la organización tuvo como disparador la noticia de que los niños que se bañaban en el arroyo Saladillo tenían manchas en la piel. “A raíz de eso supimos que el hospital Centenario practicaría estudios y decidimos empezar una tarea similar”, comentó el representante del grupo.

La agrupación trabaja en conjunto con los municipios de Rosario y Villa Gdor. Gálvez para concientizar a la gente sobre la importancia y el cuidado de los cursos de agua. Constantemente realizan foros y charlas en vecinales y escuelas.

La belleza perdida

Atrás quedaron los días en los que la gente concurría al arroyo Saladillo para refrescarse. Saturnino Gruber tiene 75 años y sus recuerdos dibujan un lugar muy diferente al actual, casi imposible de imaginar. “Era un espacio muy lindo y tranquilo”, así lo describió el hombre que rememora aquellas tardes de domingo con su familia junto al arroyo. “Los chicos podían jugar, aunque había que tener cuidado con algunos lugares donde la correntada era muy fuerte”, comentó.

Al ser un sitio tan natural y alejado del centro de la ciudad, las personas concurrían para disfrutar del espacio verde y de las bondades que ofrecía la rivera. Durante sus décadas de esplendor se creía que sus aguas poseían propiedades curativas. “Venía mucha gente de otros lugares con dolores de hueso para bañarse”, contó Gruber. Por aquel entonces comenzaron a construirse ostentosas casonas a la vera del arroyo. “Era una zona muy pintoresca con casas y patios amplios”, señaló el hombre que vivió cincuenta años en Villa Gdor. Gálvez.

Como consecuencia de la gran convocatoria, en 1885 se inauguraron Los Baños del Saladillo, donde actualmente se encuentra el Balneario Municipal de Rosario. El camping fue ampliándose y cambiando de nombre con los años. “Para ofrecer  mayores comodidades a las personas se construyeron clubes a lo largo del arroyo”, dijo Gruber.

Pero la tranquilidad y el panorama cambiaron drásticamente cuando se instaló el frigorífico Swiff en 1924. El señor contó que debido al mal olor, las familias de mayores recursos se mudaron  a otras zonas de Rosario. También destacó que el paisaje se modificó cuado el matadero comenzó a tirar sus desechos al agua. “Fuimos perdiendo el Saladillo como espacio de relajación”, se lamentó Gruber.

En esa época Europa se encontraba desvastada por la Primer Guerra Mundial, lo que generó una ola de migraciones hacia distintas partes del mundo, pero Argentina fue el destino favorito para muchos por las grandes oportunidades laborales que ofrecía. Por lo que el sector del Saladillo recibió principalmente inmigrantes de Checoslovaquia, Hungría, Yugoslavia, Bulgaria, Polonia y Ucrania. “Los nuevos pobladores comenzaron a trabajar en el frigorífico y así se formó un barrio de obreros de clase media baja”, explicó Gruber

De los años de ocio y regocijo solo quedan los recuerdos. Las grandes casonas sobrevivieron al paso del tiempo, pero el Saladillo no corrió con la misma suerte. Lejos de su aspecto de antaño, es hoy una mezcla de contaminación, basura y desagües clandestinos.

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1 de noviembre 2010

Acuerdo para sanear el arroyo Saladillo

El intendente Miguel Lifschitz y su par de Villa Gobernador Gálvez, Jorge Murabito, suscribieron ayer un convenio para desarrollar acciones que permitan recuperar la cuenca del Saladillo. El documento procura un plan de mejoras urbanas en los límites de ambas ciudades sobre la cuenca del arroyo, a la par que impulsa la ejecución de tareas de saneamiento y protección ambiental.
El acuerdo, bajo el nombre de Plan Interjurisdiccional Metropolitano Cuenca Arroyo Saladillo, propone recuperar la desembocadura del curso de agua mediante distintos mecanismos e intervenciones. Por un lado, se trata de identificar zonas de la ribera como áreas de protección ecológica y ambiental, así como gestionar reservas de suelo para futuras transformaciones urbanas. También está previsto conformar un sistema de parques metropolitanos y regular los usos del suelo.
El proyecto también contempla la remodelación integral del parque Regional Sur, con el mejoramiento de los accesos y las márgenes del arroyo, la ampliación de los espacios verdes tendientes a preservar las condiciones naturales del Saladillo, la rehabilitación del balneario Los Angeles y el reordenamiento y rehabilitación de asentamientos irregulares.