Una deuda pendiente
Sin dudas el automovilismo es el deporte que más movimiento económico genera en una ciudad. Un fin de semana de turismo carretera atrae entre 40 y 50 mil personas y se recauda en la zona un mínimo de 10 millones de pesos. Sin embargo, el autódromo de Rosario está clausurado desde fines del año pasado por resolución de la justicia.
El fútbol es quizás la disciplina que más se fomenta, pero al compararlo con el automovilismo, éste resulta ser mucho más redituable. “Un partido puede traer a mil personas y sólo veinte se quedan a dormir en un hotel”, declaró el periodista y conductor del programa Autopasión, Daniel Perrier. Y agregó: “En cambio un fin de semana de carreras atrae alrededor de 300 personas por categoría”.
En los últimos años provincias como Santiago del Estero, Neuquén y Misiones han apostado a esta disciplina y tienen un éxito monetario dos o tres veces por año cuando se realiza el turismo carretera o el nacional. En Rosario, el autódromo consta de un circuito asfaltado de 2590 metros. Está ubicado en la zona noroeste de la ciudad por la avenida Jorge Newbery, rodeado por el bosque los Constituyentes y por el arroyo Ludueña. En el 2000 se corrió al Superturismo Sudamericano, por la copa de las Naciones y en 2004 se realizó el Top Race.
El deporte motor, bien empleado, resultaría una fuente de ingreso económico importante para una ciudad del porte de Rosario. “La ventaja es que con el automovilismo se benefician todos los grupos sociales, desde el dueño del hotel y el restaurante hasta el vendedor de pochoclos y el cuida coches”, afirmó el periodista.
“Si bien no es un deporte elitista, es muy raro que un ciudadano de bajos recursos asista a una carrera”, sostuvo Perrier. Si hablamos de costos, la entrada para el turismo carretera cuesta noventa pesos los tres días y una carrera nacional roza los cuarenta pesos. “Al compararlo con una platea para un partido de fútbol, tan costoso no es”, añadió.
Un encuentro de tres días (viernes, sábado y domingo) lleva una semana de preparativos. Los organizadores del evento llegan a la ciudad el martes, los pilotos y mecánicos el miércoles o jueves y los fanáticos el viernes para quedarse todo el fin de semana.
Un acontecimiento de estas características genera alrededor de 10 millones de pesos de los cuales el uno por ciento queda para el autódromo. De manera que los grandes beneficiados son los dueños de los distintos rubros y servicios de la zona ya que la demanda de alojamiento, comida y transporte que esto genera aumenta durante esos días.
Según Horacio Bonneso, mecánico y preparador de autos, se invierten cerca de 70 mil pesos por temporada en un vehículo de categoría zonal. “Continuamente se está manteniendo y mejorando el motor tratando de tener los elementos que corresponden”, aclaró. Si bien se conoce que el negocio es redituable, Bonneso aseguró que aunque resulte rentable, muchos trabajos se hacen por pasión. A lo que el ex piloto Miguel Ángel Vitantonio agregó: “Es más el dinero que ponemos de nuestro bolsillo que el que embolsamos”. Muchas veces cuando se trata de especialidades menores, resulta difícil conseguir un aporte económico o sponsor que lo sustente.
Situación actual. Hace una década que una categoría internacional no visita el autódromo municipal Juan Manuel Fangio y desde el 2004 que no recibe una especialidad importante a nivel nacional. Actualmente el circuito está clausurado por medida de un juez a causa de las denuncias presentadas por los vecinos de la zona debido a los ruidos molestos que producían las carreras.
A fines del 2009 la justicia dictaminó que sólo se podría utilizar el recinto para las picadas los domingos, cada quince días y en un horario reducido, de 11.30 a 18, cuando antes se podía hacer todos los días de 9 a 21.
Sin embargo, detrás de estos reclamos se esconden los intereses económicos de la gente. “Ellos lo que quieren en realidad es que se erradique el autódromo para que se valoricen más los terrenos”, declaró Perrier. A lo que el ex piloto zonal añadió: “Las personas del lugar tienen mucho poder adquisitivo y político y les interesan las tierras”.
Lo que argumentan los apasionados de las tuercas es que el circuito se creó mucho antes que los nuevos barrios. “La gente fue a buscar el problema”, dijo Perrier. Asimismo el ex piloto comentó que el autódromo de Buenos Aires está rodeado de edificios, como tantas otras pistas, y no ha habido reclamos por los ruidos.
Otros ejemplos son las ciudades de Brasil Sao Paulo, Curitiva y Londrina que también tienen sus pistas localizadas en el centro del casco urbano. Al parecer Rosario resulta ser la única localidad del país donde el ronronear de los motores disgusta a los vecinos. En tanto, Perrier recordó que el único antecedente que hay en la zona es el circuito de Las Parejas que se debió cerrar porque el pueblo no tenía la infraestructura necesaria para sustentar la actividad.
Desde la Municipalidad se muestran tendenciosos a mejorar el estado del circuito y podría haber adelantos a partir de junio. “Hemos renovado la comisión directiva y estamos negociando con los vecinos de la zona para que el autódromo vuelva a operar con normalidad”, declaró el intendente Miguel Lifschitz. Y dejó en claro que el objetivo es recuperar el automovilismo en la ciudad.
En el 2004 la intendencia invirtió 120 mil pesos para refaccionar el autódromo, pero sin mantenimiento las mejoras no sirvieron de mucho. Según Perrier el estado del circuito es “deplorable” y se necesitan alrededor de 15 millones de pesos y todo un año para reacondicionarlo. No obstante, Vitantonio no cree que esté en los planes de la Municipalidad reconstruirlo. En aquella oportunidad se pintaron las instalaciones, se agregaron más de dos mil metros de talud de tierra, se colocaron tres mil gomas de protección, 22 columnas de alumbrado, mejoramiento del suelo, ampliación de las tribunas y se construyeron 1800 metros cuadrados de pista nueva.
Para el piloto y campeón 2008 en Turismo Nacional clase 2, Emiliano Giacoponi, es “una vergüenza que una ciudad tan grande no tenga un buen autódromo”. Con respecto al movimiento turístico y económico que genera el deporte motor, el piloto explicó que una carrera de bajo público lleva entre 15 y 20 mil personas. Y afirmó: “Un circuito acá atraería a muchísima más gente porque hay una gran cantidad de fierreros alrededor”.
Con respecto a lo necesario que es tener un autódromo en la zona, Giacoponi declaró que de ser así se ahorraría gastos, ya que los pilotos se tienen que trasladar hacia otras localidades que sí tienen una pista para poder probar los autos. También Vitatonio hizo referencia al estado del recinto y dijo: “Tenemos un autódromo que no progresó nada”.
Picadas. La realidad es que sin un lugar donde realizar las picadas, terminan siendo clandestinas como pasa en la zona de la Florida y suelen provocar accidentes. “Es indispensable tener un lugar donde entrenar con el vehículo porque si no te obliga a hacerlo en la calle donde se corre riesgo”, resaltó el preparador de motores Horacio Bonneso.
En abril de 2009 una joven de 15 años falleció al ser arrollada por un auto que se despistó cuando jugaba picadas en zona oeste, según publicó Cadena 3. En septiembre de 2008, un operativo policial demoró a 41 personas que participaron de una carrera clandestina en zona norte ante la presencia de unos 600 espectadores, así lo informó el portal de conciencia vial. En 2005 diario Clarín publicó que cinco personas fueron detenidas y 59 autos resultaron secuestrados por correr picadas clandestinas en Rosario.
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